Nos trajeron esta bota de montaña con el piso completamente deshecho, como muchas de este tipo. Nuevamente la culpa la tiene el poliuretano empleado en este tipo de calzado.
Dado el mal estado, y que una vez comenzado el proceso de degradación del poliuretano este no se detiene, optamos por cambiar todo el piso completo por uno de cazoleta.
Para empezar se procede a retirar el piso viejo. Este es un proceso que aunque no es complicado, si es laborioso y pesado de realizar, ya que hay que hacerlo mecánicamente y requiere esfuerzo. Debemos retirar también las partes laterales que van vulcanizadas. Hay que tener cuidado de no dañar la piel del zapato. Debe conservarse los cambrillones.
Una vez eliminado el piso se aplica adhesivo tanto en la bota como en los piso nuevo. Debemos tener cuidado en los laterales.
Una vez pegados los pisos, se cosen en los laterales para una mayor seguridad, aunque no es imprescindible.
Para acabar sellamos la unión entre el piso y la piel para que no entre agua y teñimos el hilo de la costura para disimularlo.
Se podría colocar un acolchado entre el piso y la bota, pero en este caso no es necesario, ademas que es preferible que los laterales del piso «envuelvan» la bota.